Cuphead, aquí el review, el análisis y mucho, muchísimo más!

Cuphead: un review poco ortodoxo

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Quizá un poco impulsado por el estilo de Kotaku, quizá un poco impulsado por la frustración que me produce jugar Cuphead, es que decidí hacer este review lo más directo y descarado posible. La ortodoxia es algo que debe permanecer en los anaqueles de la antigüedad y permanecer ahí por siempre, las formas son un simple pretexto para disfrazar lo políticamente correcto. Sé que no es necesario empezar de manera tan dramática el review de un videojuego, pero como persona soy dramático y creo que no empapar este con un poco de ese dramatismo sería ser falso y poco leal a lo dramáticamente difícil y bueno que es Cuphead. Cabe decir que el juego es a día de hoy, toda una bestia en ventas y al parecer seguirá siéndolo por bastante rato.

Los años 30s no se podrían ver mejor.

Lo más impresionante al momento de por primera vez acceder al juego de MDHR es lo increíblemente bello que es. El apartado gráfico del juego es espectacular, la atención al detalle es indescriptible y la fluidez de los escenarios, animaciones y personajes es insuperable. Decir que el juego luce bien es ser modestos, pues los dibujos son dignos de cualquier caricatura de los años 30s y 40s, las cuales destacaron especialmente por lo innecesariamente detalladas que fueron. En algún momento leí que el juego manejaba hasta cuatro capas únicamente para las nubes y creo que no estaban exagerando, porque nunca había visto unas nubes lucir tan bien en muchos años. Cuphead es exactamente lo que uno pudiera esperar cuando por primera vez le dicen que luce como una caricatura de los 30s, porque realmente lo hace.

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Dentro de un nivel Run & Gun.

Las animaciones son sencillas más no menos sublimes. Los pequeños saltos que se dan entre cuadro y cuadro, y el filtro de grano le dan ese tono retro que a más de uno le agradará. Cada cuadro fue finamente coloreado y dibujado a mano, posteriormente digitalizado y colocado, un trabajo titánico y admirable, no por nada tardó casi tres años en salir. No hay mucho de que quejarse en el apartado gráfico, es simplemente más y mejor de lo que podríamos siquiera haber imaginado. Para qué pedir ver hasta el último grano de la cara del Jefe Maestro cuando puedes tener cuadros soberbiamente dibujados a mano en Cuphead.

En las montañas de la locura.

He de admitirlo, la última vez que jugué un juego lineal 2D fue hace casi una década. El remake de Metal Slug 3 para Xbox 360 era la onda en su momento. Junto con un amigo, logramos terminar hasta el último jefe en una sola noche, y desde ese momento, no he vuelto a tocar más que ocasionalmente juegos como Joust, Contra, uno que otro de la franquicia de Metal Slug, Castle Crashers y Little Big Planet. Los plataformeros lineales se convirtieron en algún momento de mi vida en una cosa del pasado, algo que difícilmente volvería a jugar con verdadera emoción, hasta que llegó Cuphead.

En aquellos años de Metal Slug 3 realmente sufrí para terminar el juego con sólo tres hits, realmente pensaba que era una de las cosas más difíciles del mundo, y oh Dios, que equivocado estaba. Sin titubear, puedo decir que Cuphead es uno de los juegos más difíciles que he jugado en muchos años. Los controles son bastante sencillos y la posibilidad de intercambiar entre dos armas dentro del juego no complican mucho las cosas, es sinceramente sencillo de entender y bastante fluido al jugar, sin embargo, no es nada fácil. Uno realmente tiene que tener reflejos entrenados para poder terminar este juego de una sola sentada, pues a pesar de que algunos niveles te permiten seleccionar la dificultad, los Run & Gun no. El sufrimiento es real.

El gameplay es impecable y los controles responden a la perfección, sin embargo, la precisión es algo mandatorio en el juego. La posibilidad de interactuar con algunos proyectiles hacen del juego no menos entretenido, y le añaden un poco más de dificultad a aquellos obsesivos-compulsivos que no quieren dejar ni una moneda atrás. El juego cooperativo, por su parte, suele ser un poco complicado para aquellos que no están acostumbrados a permanecer concentrados por mucho tiempo, pues la similitud física entre Cuphead y Mugman podría causar confusión en la pantalla. Es de destacar que el lag in-game es mínimo, lo que evita en la mayoría de los casos misses involuntarios, sin embargo, el juego no está ausente de bugs, más la mayoría de ellos son desestimables.

Quizá una de las cosas más criticables del juego, es precisamente el desequilibrio brutal entre jefes y niveles Run & Gun. Básicamente tenemos dos jefes o hasta tres, por cada nivel Run & Gun. Este desequilibrio podría terminar por espantar a varios jugadores acostumbrados a estructuras de niveles un poco más tradicionales. Y es que el desequilibrio es evidente al momento de estar en el mapa, dónde la cantidad de niveles Run & Gun apenas y figuran. Quizá esto fue hecho adrede pues la única forma de adquirir cosas en la tienda es a través de las monedas que se recolectan en los niveles Run & Gun, en pocas palabras quieren hacer lo más complicado posible comprar power-ups.

Nada especial, todo especial.

Cuphead nos narra la historia de Cuphead y Mugman, dos personajes con cabeza de taza que contra las advertencias del Viejo Tetera van al Casino del Diablo. En el casino, nuestros héroes,  apuestan sin cesar, al grado que hasta que el mismísimo dueño, el Diablo, hace su aparición. Debido a que los chicos llevaban una racha sin precedentes, el diablo les hace una oferta: si lograban ganar un tiro más con los dados, les dejaría todo lo que le pertenece, incluyendo el casino mismo, pero si pierden, le tendrán que entregar su alma. Cuphead, cegado por la ambición, acepta y como es de esperarse, pierde. Cuphead y Mugman, desesperados, le ruegan al diablo por su alma y le preguntan si hay alguna para salvar su alma. El diablo, duda en un principio, sin embargo, les dice que sí; la condición, recolectar todas las almas que tienen deudas con el diablo. Las almas tienen que ser recolectadas antes de la medianoche. Los chicos aceptan y emprenden desesperadamente su travesía para salvar su alma.

Las historias sencillas suelen ser las más cautivadoras, y no es por nada que son aquellas las que más terminan por destacar. Cuphead nos proporciona una historia bastante genérica y sencilla. Dos personajes principales, una apuesta por su alma con el diablo y un intento desesperado por salvarla. La historia de Cuphead no tiene nada de especial y es que sinceramente no lo tiene, sin embargo, eso no quiere decir que sea algo realmente importante en este tipo de juegos. La historia cumple su cometido de darle una razón de ser al juego y lo que sucede en él, y lo hace dentro de lo que cabe, bien.

Los personajes son carismáticos y cautivadores. Un aventurero y desafiante Cuphead y un tímido pero no menos tenaz Mugman. Un duo dinámico sin igual. El toque malicioso y la mirada desafiante no hacen más que volverlos aún más interesantes. De los villanos ni hablar, son especialmente «malos» y realmente dejan sentir ese aire de sadismo y violencia que esperarías de un jefe. Si a lo anterior se le agrega el inigualable estilo treintero, simplemente es perfecto.

Cuphead es lo que es, y no podíamos esperar más.

En resumen, si bien, como todo juego no es perfecto, la calidad del juego es evidente. El gameplay fluye como la seda y los personajes son sencillos y cautivadores (Que por cierto, no siempre fueron una taza lol). Es correcto decir que no es un juego para todos pues la curva de aprendizaje puede ser demasiado brutal, y muchos jugadores terminarán más que frustrados al jugar Cuphead. Da gusto, realmente lo digo de corazón, que juegos como Cuphead lleguen al mercado. Tras años de estar plagados de súper producciones que muchas veces terminan siendo un fiasco aburrido y lleno de fallas, Cuphead es un cubetazo de agua fresca.

La industria debe virar hacia Studio MDHR y su súper producción, pues es necesario que entiendan que no se requieren miles de millones de dólares invertidos en gráficos y publicidad para tener un juego espectacular. Cuphead es lo que la industria necesitaba y sin duda alguna se convertirá en un clásico para las próximas generaciones.

Cuphead está disponible para Xbox One y PC en formato digital y físico (en el caos del Xbox One) y puede ser adquirido por menos de $400 pesos,  así que, si te gustó, corre a comprarlo, que realmente vale la pena. Antes de irnos, chécate este increíble Gameplay por si aún no estás tan covencido, seguro te va a encantar.

95/100